Hay clientes con los que hay un feeling especial desde el minuto uno. Laura entra en esa categoría. Quiero enseñaros hoy el dibujo de su gran noche, pero antes quiero contar cómo empecé a trabajar con ella.

Todo comenzó cuando me pidió un dibujo de la Plaza Mayor de Almagro para imprimir unas tarjetas de agradecimiento para los invitados a su boda. Un trabajo pequeño que ya me anunciaba qué tipo de persona era. Cuando alguien que prepara su boda me pide algo para regalar a otras personas ese día tan importante, sé que estoy ante alguien que cuida mucho a sus seres queridos.

Plaza Mayor de Almagro, 10×20

No me equivocaba. Poco después me volvió a escribir pidiéndome otros dos dibujos, esta vez más personales. : uno de ellos para regalar a unos amigos que celebraban su quinto aniversario de boda el mismo día de su boda, y otro para regalar a su padre y padrino.
Este último trabajo era pura ternura: una foto en que su padre sostenía en brazos a una Laura bebé, rubia y preciosa, para agradecerle todo lo que había hecho por ella.

El último trabajo que ha pedido, y que es el que quiero enseñar aquí, es el reportaje dibujado de su boda. Por motivos de agenda no pude ir personalmente a hacerlo a Almagro, como a ambas nos hubiera gustado. Pero con un montón de fotos de ese día, todas de Jesús Monroy, y unas cuantas conversaciones con Laura vía email, tuve la información que necesitaba para dibujar todo lo bonito que pasó ese día.

Ella quería que aparecieran los previos a la boda en el inicio del reportaje: Su anillo de compromiso, el icónico OUI de Dior; la bata de raso con su nombre bordado, cosida por su madre; la diadema de Volvorete y el abanico con encaje de Almagro, abren la crónica dibujada junto a una imagen de la ceremonia, los nombres de Laura y Carlos, y la fecha de la boda.

Los cuatro pajes, la espectacular decoración de la iglesia y el ramo con una peonía gigante y encajes de Almagro, enmarcan uno de los retratos de familia y la salida triunfal de los novios de la iglesia.

Laura iba espectacular con su vestido de Oh qué luna!. Los conos de pétalos, que llevaban las iniciales L y C, encontraron su lugar dibujados junto a la salida de la pareja.

Siendo la boda en Almagro, era obligado un dibujo de los novios en la Plaza Mayor, que situé junto al otro retrato de familia.

Para representar la fiesta en el Parador de Almagro fue difícil seleccionar qué dibujar.  Finalmente, un detalle de la fuente y parte de la decoración floral de las mesas, todo obra de Inés Urquijo, junto al momento de la entrega del ramo de Laura a su mejor amiga, y las zapatillas de la India que regalaron a sus invitados, resumen un poquito el ambiente de aquella noche.

El último dibujo de estos 120 cm de acuarelas es la imagen de Laura y Carlos dándolo todo en su gran noche. La fiesta no había hecho más que empezar. Y también mi afecto por esta pareja.

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