Lo que me llevó a contar con tus acuarelas fue que ofrecías un trabajo original, cuidado y delicado… en definitiva, algo único, tanto para la tarjeta de agradecimiento como para los regalos, y por supuesto, en el reportaje dibujado, que es una joya en papel.

Cuando me casé, el regalo de boda de mi tía fue un retrato mío precioso de María del Mar. Recuerdo que lo abrí en el coche de vuelta a Madrid, y se me saltaron las lágrimas. Todo el que pasa por casa recae en él, y mi amiga Bea se enamoró absolutamente en cuanto se lo enseñé. Dos años después, quise hacerle un regalo porque sí, porque la quiero y punto, y coincidiendo con su aniversario de boda llamé a María del Mar. Le envié unas cuantas fotos pero enseguida esta imagen nos convenció a las dos. No es lo único que le he encargado, porque es un acierto siempre. Decir que María del Mar tiene un don es quizá un cliché muy manido, pero es que lo tiene. Posee una sensibilidad y una mirada única. Captura y transmite con suma delicadeza. Todo su trabajo es sumamente bello. ¡No hay más que verlo!